CARLENTINI – El 10 de Febrero de 2022, en el teatro “Turi Ferro” de Carlentini, propone su espacialidad teatral en una de las grandes obras del gran Luigi Pirandello: Liolà.
La adaptación y la dirección son de Francesco Bellomo, los decorados y el vestuario de Carlo de Marino, la música de Mario d’Alessandro y Roberto Procaccini.
El personaje de Liolà magníficamente interpretado por Giulio Corso.
También vimos la extraordinaria participación de Enrico Guarneri, rodeado de valientes actrices como: Caterina Milicchio, Alessandra Falci, Ilaria Conte, Rosanna Sapia, Federica Breci, Nadia Perciabosco en el círculo de tía Ninfa y con la participación de Barbara Gallo en el círculo de la tía Croce.
Liolà, es una comedia siciliana, que retoma la historia del cuarto capítulo de “Fu Mattia Pascal”. Se abre el telón es una escenografía que conduce a Porto Empedocle, caracterizada por el blanco de los edificios que rodean concretamente la Scala dei Turchi. En este escenario, nos encontramos con los diversos personajes: Liolà es un “Latin Lover” sin escrúpulos que, con su comportamiento amoroso y sus cortejos, trastorna la “zona de confort” en la que se mueven las mujeres sicilianas de principios de los años 40.
El tío Simone Palumbo que, con su riqueza, cree poder remediar su condición de impotente. Su orgullo de hombre viril que quiere probarse a sí mismo, pero que en realidad no lo es, le empuja a aceptar la traición de su mujer que está esperando un hijo del pueblo Don Giovanni, Liolà. Al hacer creer a todos que su esposa finalmente está embarazada a través de él, el tío Simone cree que puede encontrar ese equilibrio y esa satisfacción de ser un “veru masculu” ( hombre real ).
Alrededor de los dos personajes masculinos, giran trepadoras sociales y especuladoras, como Mita, que accede a casarse con su tío Simone solo para asegurarse una sólida posición económica, o Tuzza, que se rebaja al papel de amante del tío Simone para satisfacer su sed de venganza hacia Liola.
Es muy triste ver como las mujeres jóvenes están dispuestas a tramar juegos e intrigas encaminadas a la ruina de los personajes masculinos, y lo peor de todo… ellas mismas son fuertemente alentadas y apoyadas por las figuras femeninas más grandes que representan la mente de todas las fechorías.
Por lo tanto las niñas, y más grave aún las madres y las tías de las niñas, están dispuestas a vender su imagen y su cuerpo a cambio de una posición social.
Una vez más Pirandello es el vocero de una denuncia social, dentro de la cual las filas se mueven por la necesidad de garantizar un futuro que no viera a la mujer como protagonista del camino de la vida, sino que la viera al margen de la sociedad, mendigando para un techo, comida y vestido. Habría estado dispuesta a todo para hacer el tránsito de la miseria de su familia de origen a la de su marido adquirida a través de intrigas y traiciones, pasando de la figura del padre amo a la del marido amo.
Esta vez la mirada de Pirandello va más allá y ve que, mientras tras bambalinas traman las mujeres maduras, los hombres que en el escenario de la vida parecen culpables, como Liolà que siembra corazones rotos, o el tío Simone que hace alarde de una realidad ficticia, paradójicamente se vuelven a ser figuras masculinas positivas.
El primero, portador de alegría, de ligereza, de jovialidad que se confunde con superficialidad, vive la alegría del momento, enseña una actitud positiva ante la vida y al final cuando descubre los altares se revela víctima de las intrigas femeninas escondidas tras la velos negros que cubren las cabezas y la vergüenza.
El segundo, el hombre objeto, utilizado como tapadera para malentendidos y traiciones deliberadamente provocados, resulta ser el principal peón manipulado por las manos de las “mujeres”, durante toda la obra.
Al final, el ingenio de Pirandello devuelve al escenario un elemento sorpresa frente al sabor irónico de la comedia, que te hace reír, te hace pensar, te hace imaginar, pero también te hace llorar con la muerte de Liolà.
La comedia se convierte en tragedia y se espera que el espectador se detenga y reflexione sobre el hecho de que las intrigas, las traiciones, los subterfugios y las mentiras no valen como herramientas para lograr metas y propósitos personales, y que la única herramienta es siempre y sólo “la Verdad”. “.